Nuevas ideas surgieron con las ventas en línea. Con el iTunes Store los artistas ya no necesitarían la distribución física para lanzar sus discos. Aquellos con bajo presupuesto ahora podían simplemente lanzar su música exclusivamente en iTunes a una mínima fracción del costo que requería poner CD's en los anaqueles, y con más beneficios. Sin la necesidad del apoyo de una disquera importante, ahora los artistas podían alcanzar una gran audiencia consistente en cualquier casa que tuviera conexión al internet. Cualquier persona interesada podía legalmente adquirir la música del artista, quien a su vez obtendría ganancias en la forma de regalías. Gracias a los medios digitales, la música se ha vuelto muchísimo más fácil de lanzar que antes. El proceso es mucho más directo, ya que no es necesario esperar por la impresión, envío, y colocación de los discos en las tiendas. Una vez la música ha sido masterizada, literalmente puede llegar a las tiendas el día siguiente.
Todos estos cambios propiciados por las invenciones de Jobs y su equipo ayudaron a salvar la industria de la música, que estaba a la merced de programadores de computadoras. Aunque 99 centavos de dólar por canción fue un duro ajuste para las disqueras, fue la prueba de que vale la pena pagar por la música descargada de Internet cuando ésta se obtiene en un sistema conveniente que la organiza eficientemente, no compromete su calidad, y a la vez legitimiza su obtención. Aunque Apple ha obtenido una gran tajada en el nuevo modelo de negocios de la música, aún necesita llenar su iPod y iTunes con contenido de calidad, por lo que la profesión de hacer música aún es lucrativa.
La icónica "click weel" del iPod. |
En un aspecto más técnico, el aparato fue el primero lanzado por Apple que redefiniría una industria. El iPhone y el iPad que llegaron después fueron revolucionarios por derecho propio, pero fue el iPod el que primero exploró la idea de que un aparato sensible al tacto también podía ser un símbolo de estatus. Antes de él disponíamos del Walkman, comparativamente difícil de manejar, como la única opción para la música móvil, y de los CD's y cassettes como la forma de almacenamiento musical, que comparativamente ocupan bastante espacio físico. Apple lo reemplazó con una sofisticada pieza de metal y plástico blanco, cuyo estatus de lujo rápidamente dio paso a la ubicuidad total, e inspiró generaciones de productos de imitación que siguen fallando en superarlo. Las sucesivas generaciones del aparato refinaron unos botones y una rueda en esquemas de control progresivamente minimalistas, y prepararon a la empresa y los consumidores para la creciente experiencia táctil del iPhone y iPod Touch.
iPod Classic (sexta generación) con una capacidad de 160 gigas de información equivalentes a 40,000 canciones, presentado el primero de septiembre de 2010. |
Con el software iOS 5, el iCloud, y las pantallas táctiles volviéndose el estándar, ya se ha comenzado a hablar de la desaparición del iPod original (hoy día llamado ipod Classic). Como todo, es natural que este revolucionario aparato cierre su ciclo y de paso a nuevas tecnologías, sin embargo es innegable su influencia en importancia. Como otros productos de Apple, el iPod no fue el primer aparato de su clase, pero como otros ejemplos del legado de Steve Jobs, fue el mejor de su clase. Fue el primero en demostrarle a los usuarios que una pieza de tecnología digital no solo era útil sino también chévere, y con el tiempo imposible de vivir sin ella. También fue el primero en la era de la descarga digital, en convencer a los músicos que aquellos fans que les habían robado sus creaciones alguna vez, eran los que tenían que alcanzar ahora, y para ello el iTunes les ofreció una manera eficiente, directa, y rentable de hacerlo.
Steve Jobs y Apple crearon un mercado donde no existía, y obtuvieron grandes ganancias con eso, pero más importante fue que definieron un futuro para la industria de la música, la que estaba luchando por sobrevivir ante los nuevos retos comerciales en los albores del Siglo XXI. En 56 años de vida Jobs puso al mundo de cabeza; solo queda preguntarse hasta donde habría llegado si su vida no hubiera sido acortada.
Piensa Diferente. |