lunes, 21 de enero de 2013

Púas de Carey: Un Mito Moderno Entre Los Guitarristas (Parte 1)

Para algunos guitarristas, especialmente aquellos que tocan guitarra acústica y mandolina, las púas de carey representan el Santo Grial de los plectros. Son tan raras hoy en día, que solo se consiguen ilegalmente en el mercado negro, o, con un poco de suerte, legalmente en una tienda de antigüedades. En tales mercados una púa de carey auténtico puede llegar a costar hasta $100 dolares americanos. Para aquellos guitarristas nacidos en las últimas dos décadas del Siglo XX y primer decenio del Siglo XXI, las púas de carey son materia de mito (si es que han oído hablar de ellas). 

De las púas de carey se dice que dan un sonido único e incomparable, de cualidad profunda, cálida, y brillante, y que tienen un tacto muy particular y agradable. Tienen un aspecto hermoso, y el patrón de manchas que las caracteriza es único a cada púa.

Púas de carey de la década los 50's. Cortesía de Ziegler Music.
 
Para aprender más sobre estos raros y preciados plectros, averiguemos de donde vienen: el carey es un material que se produce principalmente del caparazón de la Tortuga Carey (Eretmochelys imbricata), que es una especie de tortuga marina que actualmente se encuentra en peligro crítico de extinción. Hasta la década de los años setenta del siglo pasado el carey fue ampliamente utilizado para la fabricación artesanal de objetos decorativos y utilitarios, tales como peines, peinetas, botones, monturas para gafas, anillos, agujas, y púas de guitarra. Por cierto, también se le llama carey, como generalización, al material de los caparazones de otras especies de tortuga marina que también son utilizados en idéntica producción artesanal, sin embargo es de la Eretmochelys imbricata de la que se obtiene el carey más preciado.

Tortuga Carey en mar abierto. Nótese el patrón de manchas de su caparazón.

Las poblaciones de la Tortuga Carey se han visto seriamente disminuidas debido a la caza indiscriminada por su carne y caparazón, y al daño provocado por la pesca industrial. En 1973 la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) prohibió el comercio internacional del carey. Desde entonces los objetos hechos de ese material han ido escaseando cada vez más hasta convertirse en auténticas rarezas, solo comparadas con los objetos hechos de marfil de elefante.

Como se mencionó arriba, aún es posible conseguir púas de este material. Dejando a un lado el mercado negro, en el que aún se explota abusivamente a la tortuga, el carey aun se pueden conseguir en cantidades pequeñas con coleccionistas y en tiendas de antigüedades, en forma de productos terminados, o como fragmentos de caparazón.

Fragmento antiguo de carey.
Plectro antiguo de carey, procedente de las Filipinas. Cortesía de Kulintronica

Debido a ello, varias empresas han dedicado esfuerzos para crear plectros hechos de otros materiales, que posean los mismos atributos del carey en cuanto a sonido y tacto, pero a un precio asequible y con una producción que no implique la matanza de una especie animal en peligro de extinción. Los materiales utilizados para este propósito incluyen la proteína animal polimerizada, y termoplásticos tales como el celuloide, el delrin, y el ultem.

En la SEGUNDA PARTE de este articulo presento a los fabricantes, cuyas púas se han acercado más a las cualidades de aquellas hechas de carey.