Traducción del articulo de Glynn Davies “Physiology of Guitar: 5 Practical Ways to Improve Your Guitar Playing”
Como muchos guitarristas, yo soy autodidacta. Creo que nosotros los autodidactas desarrollamos un grado de independencia y creatividad en nuestro enfoque, el que elude a algunos interpretes académicos, sin embargo el costo de esto es que también tendemos a desarrollar un impresionante conjunto de malos hábitos.
Mientras que algunos “malos” hábitos y técnicas poco convencionales pueden ser la esencia que nos dota con un estilo único, otras son barreras que no nos dejan realizar nuestras ideas musicales. Con esto en mente, me gustaría compartir contigo 5 ideas prácticas, personalmente probadas y examinadas, para mejorar y reestructurar tu ejecución a través de re-examinar los rudimentos de cómo te conectas e interactúas con tu instrumento.
Mea Culpa
No soy un gran guitarrista, y probablemente nunca los seré. No soy ni un mago de la técnica, grande a través de la pura aplicación y el esfuerzo de voluntad, ni tampoco un único e inimitable guitarrista, dotado con un estilo idiosincrático inmensurable. Además, la mayoría de los interpretes que admiro no son la imagen de la perfección tampoco, y hay que agregar que incluso muchos de las “grandes” guitarristas tiene defectos notables: Jimmy Page es famosamente flojo, y Kirk Hammet tiene una técnica de vibrato notoriamente pobre…
El punto es que ser un buen guitarrista significa ser emocionante, interesante, apasionado y musical. No significa ser perfecto y, aparte, si hubiera una receta para la perfección hecha para todos y a prueba de tontos, todos seriamos virtuosos.
Pero no renuncies a tu régimen de práctica todavía! Solo porque no tienes que ser perfecto no significa que no necesitas trabajar en encontrar y expresar tu estilo, e incluso si no estás interesado en las disciplinas tradicionalmente “técnicas” del jazz, clásico y metal shred (un trío más raro es difícil de imaginar!), no significa que no te puedes beneficiar del prestamos de algunas de sus ideas. Así que aquí vamos. Sin escalas raras, sin rollos pitagóricos. Garantizado.
1. Relajado
Quitar la tensión de tu cuerpo cuando tocas, realmente te puede ayudar a alcanzar mayor fluidez, velocidad y precisión, pero la guitarra es un instrumento muy físico y es natural que tendamos a desarrollar un agarre fuerte sobre el plectro y el brazo. Estamos ejecutando movimientos muy poco naturales, y físicamente demandantes y, quizás no lo sepas, nuestra manera instintiva de lidiar con esto son las cosas que precisamente nos bloquean.
Piensa en la manera en que un guitarrista principiante tenderá a empuñar la mano tensamente alrededor del brazo para digitar siquiera un acorde simple. Lo que hacen ellos tiene sentido -si quisieras exprimir el agua de una esponja, la manera más eficiente de aplicar la fuerza requerida es empuñar la mano alrededor de ella- pero solo mientras los músculos de la mano no hayan sido entrenados para aplicar la cantidad de fuerza correcta en las direcciones correctas. El principiante sobreestima la cantidad de fuerza requerida y, aun más importante, está enfocado en hacer que las nota suenen, no en la movilidad.
En otras palabras, tratar de trabajar con, en lugar de en contra, nuestra propia fisiología realmente nos puede ayudar a desarrollar esa calmada gracia con el instrumento que es el distintivo de un buen interprete.
Tan pronto como comencé a prestar atención a la tensión muscular mientras tocaba guitarra, comencé a notarla todo el tiempo. Por supuesto, tiene sentido que si estamos relajados en general, estaremos más relajados cuando toquemos.
Así que como un pequeño experimento, tómate un par de minutos ahora mismo para encontrar cualquier tensión innecesaria en tu cuerpo. A meno que seas aficionado al tai chi, estoy dispuesto a apostar que estás algo tenso. Trata de desarrollar el hábito de efectuar esta pequeña revisión en ti mismo durante el día y, prontamente, se volverá natural.
Del mismo modo, antes de agarrar tu guitarra, pasa unos momentos buscando tensión en tu hombros, brazos y dedos. Aspira despacio y profundamente, gira tu cabeza un poco, flexiona tus brazos y manos -cualquier cosa que te ayude a relajarte. Entonces, mientras tocas normalmente, mantente atento por si puedes sentir cualquier tensión creciente, especialmente en tus hombros y brazos, y trata de minimizarlo. Sigue atento mientras tocas y, gradualmente, deberías comenzar a internalizar el proceso y romper el hábito de tensarte.
Sobre una semana o cerca, deberías empezar a sentirte mucho más flexible, y comenzar a ver los beneficios en tu ejecución.
2. Prueba Un Plectro Diferente
Si eres algo como yo, probablemente haz estado usando el mismo tipo de plectro más o menos desde que empezaste a tocar. Incluso podrías haber llegado al punto donde cualquier cosa muy diferente a lo que estás acostumbrado hace que tocar se sienta como una batalla.
Cuando comencé con la guitarra, creo que compre tres o cuatro tipos diferentes de plectro, y eventualmente me quedé con el modelo de nylon de 1mm de Jim Dunlop. Me impresiona que ni una sola vez en los siguientes 14 años pensé siquiera en probar otra cosa. Pero ¿porque no? Si quisieras empezar a practicar atletismo, tarde o temprano vas a tener que salir a buscar los zapatos apropiados para el propósito, ya que la variedad a la que estás acostumbrado para uso diario probablemente no son los adecuados. Asimismo, en algún lado, existe el plectro correcto para la manera en que tocas la guitarra en este momento, no como tocabas cuando comenzaste.
Un par de años atrás, me dieron algunos de esos enormes plectros Ultex triangulares que, cuando por primera vez trate de usar uno, se sintió más bien como tratar de tocar la guitarra con un plato desechable. En el proceso noté como la nueva púa me forzaba a adaptar mis hábitos de punteado, haciendo algunas cosas más fáciles de tocar, y otras mucho más difíciles.
Experimenté un poco más, probando cada plectro que pude poner en mis manos. Incluso traté de hacer unos yo mismo de una vieja tarjeta de débito, o usando una moneda al estilo de Brian May (Queen) y Billy Gibbons (ZZ Top). Todos tuvieron sus pros y sus contras, pero una cosa muy importante pasó: el proceso me hizo analizar y adaptar verdaderamente mi técnica de punteado.
Me di cuenta que, aunque ya naturales y confortables, mis hábitos existentes no eran necesariamente óptimos. Comencé a entender porque había luchado con algunas cosas en el pasado y entendí como mejorar, y también aprendí mucho sobre que formas y materiales de plectro producen el sonido que a mi me gusta.
Así que la próxima vez que estés en una tienda de instrumentos musicales, ¿porque no exploras esa bandejita de plástico sobre el mostrador y gastas el precio de una cerveza en un puñado de plectros de diferente tipo y grosor? Cuando llegues a casa, trata de trabajar con cada uno de ellos a través de una rutina corta con tus técnicas habituales -rasgueado, punteado de notas individuales, arpegios- y, tanto como notar si algo se siente mejor, también pon atención a como usarlos.